Prometimos siete estrellas, ¡pero lamentablemente solo podemos dar cinco! Una cálida bienvenida, por decir lo mínimo, en un barco que tiene su propio encanto intrínseco, que ni siquiera se puede describir: o amas la goleta o la amas; además, éste está deliciosamente amueblado, cuidando los pequeños y sencillos detalles, "que realmente dan un toque al ambiente". El inicio de la navegación estuvo acompañado de una breve explicación del panorama circundante: el faro, el castillo, la costa de Vieste y, obviamente, un guiño obediente a la leyenda de Pizzomunno y Cristalda. Después del primer baño en alta mar, a los niños se les proporcionaron colores y papeles para que pasaran un rato y, cuando lo solicitaron, nos detuvimos para un segundo baño, durante el cual logramos nadar hasta una ensenada muy pintoresca. Una vez de regreso a bordo, se sirvió un delicioso aperitivo con prosecco blanco y rosado, fruta y tarallini. Después de otro breve momento de navegación, el capitán levó el ancla para permitirnos volver a nadar y preparar el almuerzo: friselle con salsa de pechuga adecuadamente picante, cuscús con verduras y atún, plato de embutidos y quesos locales acompañado de focaccia de Apulia, todo regado. con vino rosado y agua. Después del almuerzo retomamos la navegación, que con la goleta siempre es muy suave, disfrutando de una saludable siesta en los sofás de popa. Tras una breve parada para realizar otra inmersión en la altura de Pizzomunno, emprendemos el regreso al puerto. A bordo era posible darse una breve ducha en proa con agua dulce (sin jabón) y hay un camarote a disposición de los huéspedes para cambiarse e ir directamente a cenar al pueblo. Lamentamos no poder compartir las fotos del día, que son realmente hermosas. Un agradecimiento muy especial a Stefano y Elisabetta, dos personas maravillosas, acogedoras, amables y atentas. Si volviéramos al Gargano, seguramente volveríamos a bordo de su goleta turca, o esperamos poder encontrarnos con ellos nuevamente en la costa del Tirreno, para disfrutar de su espléndida compañía. Nota para las familias: 7 horas en un barco con niños no es mucho, aunque todos conozcan a sus hijos. Si no saben nadar, a bordo hay equipos que les permitirán nadar con total seguridad, siempre bajo la supervisión de los adultos que les acompañen. Mención especial también para el coste de la excursión, porque la cortesía de tener tarifas reducidas para los niños no está en absoluto extendida. ¡Actividad absolutamente recomendada!
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¡Absolutamente un hermoso día!
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¡Absolutamente recomendado para pasar un día en un barco y admirar la belleza de la costa de Gargano! ¡La bienvenida de los propietarios fue fabulosa!
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