

Sergio y Lidia son personas muy cariñosas y serviciales.
Muy buena relación precio-calidad: muy buen entorno, precioso barco, no hay demasiada gente, el capitán se apresura y te deja disfrutar de los momentos y te contacta con antelación para proporcionarte la información necesaria por adelantado.
Nos lo pasamos genial, pero con dos grandes arrepentimientos: 1. Elegí el velero en lugar de versiones más económicas de lancha a motor, pero al final no se usaron las velas. El capitán me explicó que el zigzagueo llevaría demasiado tiempo. Vale. Lo entiendo, pero aun así pensé que se usarían. 2. El barco estaba completo (nuestra fecha original se cambió a esta fecha probablemente para que pudiéramos tener uno lleno, aunque al hacer la reserva indicaba que el mínimo requerido era de dos personas) y, como ya estábamos completos, mi grupo, de cuatro personas, tuvo que almorzar en cubierta. No nos gustó. Intenté preguntar si podíamos comer después de los demás y al aire libre, pero nos dijeron que no. Muy decepcionante.





