

































Fue genial

Una experiencia realmente increíble; nuestro guía, Ben, estaba muy bien informado y era muy amable. El recorrido al amanecer en el lago helado, en un día soleado, fue un espectáculo indescriptible. Recomiendo llevar ropa muy abrigada debido a las temperaturas extremadamente frías. Muy recomendable.

El recorrido fue realmente una gran experiencia. El guía fue amable y paciente. También había 1 o 2 secciones en la ruta donde se podía ir a toda velocidad. Nuestra moto de nieve circulaba a un máximo de 40 km/h, por lo que se redujo la velocidad porque estos vehículos pueden superar con creces los 150 km/h. Sin embargo, el ritmo se siente suficiente. Conducir por el paisaje nevado por la noche es indescriptible. Desafortunadamente el cielo estaba nublado por lo que no pudimos ver la aurora boreal. El descanso en el tipi con fogata, bebidas calientes y refrescos en el camino de regreso fue muy acogedor. Nuestro deseo de comida vegana fue tenido en cuenta. En general fue una experiencia muy agradable y valió la pena el dinero.


Fue una experiencia completa. La gente es muy profesional y amable.


Nuestro guía, Robert, fue increíble. Nos dejó conducir la moto de nieve durante un buen rato. Nos permitió divertirnos sin demasiadas restricciones, pero siempre con seguridad. Cenamos frente a la fogata, cocinando pollo y salchichas en abundancia. Nos ofreció todo el té caliente que quisimos. Lo pasamos genial con él. Muy amable, simpático y muy profesional. Si están por la zona, pregunten por él. Lo recomendamos.


Los perros están muy bien cuidados y son muy cariñosos. El personal es muy amable y te explica claramente qué hacer y qué no hacer.


Éramos una familia de 4, 2 adultos y 2 niños (de 7 y 10 años). El guía turístico Julius (espero haberlo escrito bien) nos recogió en el pueblo de Papá Noel. Fue muy informativo, amable y muy paciente con los niños. No nos sentimos presionados en ningún momento del recorrido; hicimos varias paradas para comprobar si los niños estaban cómodos y si todos estaban bien. Al regresar, Julius les dio a los niños chocolate caliente y nubes, para que entraran en calor y pudieran montar en las motos de nieve más pequeñas. El recorrido tuvo una duración perfecta y fue manejable para los niños.


parte superior del equipo



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